El embalse de Navacerrada fue la penúltima de las pausas
para la reagrupación del grupo de los cinco. Tras unas fotos y aprovechar el
parón para tomar algo sólido, emprendemos la marcha y bordeamos el embalse bajo
pendientes suaves.
Tras una rotonda podemos apreciar como la carretera adquiere
una pendiente considerable punto en el cual podríamos definirlo como comienzo
real e indiscutible del Puerto de Navacerra, ya que desde aquí hasta la cima ya
no hay tregua.
Tras las primeras rampas próximas al 7 % llegamos a una
pequeña zona de aparcamientos después de pasar el cruce de la carretera de los
Molinos - Cerceda. Aquí cogemos aire y nos volvemos a reagrupar los cinco.
Existen miradas de complicidad entre el grupo en las que se palpa la pregunta:
“¿Quién c… ha tenido la graciosa idea de querer subir Navacerrada en fixie?”
pero que nadie se atreve a pronunciar.
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